“95% de
efectividad”, es el mensaje que llega desde Pfizer cuando hablan de la vacuna
contra el Covid-19. Sin duda, noticias alentadoras respecto a la erradicación
de este virus que tanto tiempo nos ha tenido encerrados y sin poder llevar
nuestras vidas de forma normal, aunque cada vez podamos ir más seguido a la
playa, ¿no? Es que el problema no es este. La problemática real es que, algunas
veces, tendemos a hablar de más cuando queremos decir algo de este virus.
Recapitulemos.
En primera instancia, las proyecciones académicas de la posible propagación de
este virus, preocupaba a organismos internacionales y naciones que registraban
sus primeros casos a principios de 2020. Entonces, salieron muchos a decir que este
virus “made in china” no duraría o que jamás llegaría a sus tierras; otros, los
científicos de youtube, dijeron que esto era una conspiración para subordinar a
la población a los dispositivos móviles a los que ya estamos subordinados… ya
saben, “mientras más, mejor”. Luego vimos cómo las cifras de contagios y
muertos crecieron. Si no le tocó a un familiar o conocido, considérese
afortunado.
Después de
nuestro primer ejemplo de cómo “hablar de más”, pasemos al siguiente. “Estamos
preparados”, dijeron las autoridades cuando se registró el primer caso en
nuestro país, luego ya vimos lo que pasó. Cifras de muertos que siguen
estremeciendo a los ecuatorianos que tanto temor tienen al virus, pero no a
salir en feriado.
Pero no todo se
trata de Ecuador, tenemos ejemplos internacionales también. Miremos a Europa,
continente que fue muy golpeado por el virus y que terminó teniendo un verano
de ensueño. El problema fue que se relajaron tanto que ahora vuelven a tener
que encerrarse para evitar el colapso de sus sistemas de salud. La economía es
importante, pero si somos irresponsables… no hay economía ni sistema de salud
que aguante.
Finalmente,
pero no menos importante, centrémonos en el tema de la “vacuna contra el
Covid-19”. Ya sabemos que hubo un proyecto de vacuna que, antes de entrar en su
3era fase, comunicó que tenían resultados alentadores y muchos los creyeron
salvadores, pese a que ese dijo que el camino “aún era largo”. Meses después se
supo que algunos de los voluntarios presentaron algunos cuadros especiales e
inesperados como reacción a la vacuna y su progreso se estancó unos meses.
La semana
pasada Pfizer dijo que su vacuna tenía un 90 % de efectividad, luego Vladímir
Putin dijo que la “Sputnik V” tenía un 92% de efectividad, en estos días se ha
informado que la Vacuna “Moderna” cuenta con un 94,5% y el día de ayer Pfizer
vuelve a hacer su oferta, esta vez con 95% Ya parece subasta… ¿quién da más? Ya
veremos que dice el resto. Todos
esperamos una vacuna efectiva y segura, por eso nos pueden emocionar estos
porcentajes.
Nosotros
entendemos que la reputación y el botín que te puede dar el desarrollar la
vacuna es un tesoro que se disputan las grandes potencias y las poderosas
farmacéuticas, pero no olvidemos que somos testigos del proceder de la ciencia
y que muchas veces, hay que replantear los caminos, incluso cuando parece que
hemos superado la curva final. Es como una carrera de Fórmula 1, Hamilton no
gana hasta superar la línea de meta en la última vuelta.
También
entendemos que es importante dar noticias positivas, especialmente en estos
tiempos, pero cuidado comunicadores, no vaya a ser que nos convirtamos en
ejemplos de “como hablar de más” en la pandemia. Seamos pacientes y no vendamos
la piel del oso antes de cazarlo. Y en caso de tener que comprar la piel… no la
compremos hasta que el cazador la tenga.
Con estos
ejemplos mejor terminamos, para no correr el riesgo de hablar de más…
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