El 26 de abril de 1986 ocurrió un accidente
en la planta nuclear Vladímir Ilich Lenin ubicada al norte de lo que hoy es
Ucrania. 31 personas fallecieron, más de
130.000 personas tuvieron que ser evacuadas y otras tuvieron que ser
hospitalizadas. Es le mayor accidente nuclear de la historia.
Durante los trabajos de mantenimiento y pruebas
de seguridad, una de las preocupaciones más grandes que tenían los
especialistas era que un posible corte de energía diera lugar a un accidente
nuclear. Si llegaba a darse el caso los motores a Diesel que tenían el objetivo
mantener la panta en funcionamiento tomarían cerca de un minuto en encenderse,
tiempo suficiente para que un accidente pueda suceder.
Los científicos soviéticos eran conscientes
del peligro que esto significaba y buscaban reducir esa brecha al utilizar el
movimiento residual de la turbina nuclear.
La noche del experimento, los operadores
deshabilitaron el sistema de enfriamiento de emergencia del núcleo, el sistema
de control automático local y el sistema de reducción de energía de emergencia.
Los computadores de la planta estaban programados para hundir las barras de
control en el reactor y detener la fisión. Al desactivar estos sistemas, el
control de estás barras pasó a ser manual.
En caso de que un reactor empezara a
sobrecalentarse, uno de los caminos era activar el apagado de emergencia. Al
ser presionado este botón, barras de control con punta de grafito y otros
compuestos se hundirían dentro del reactor y lo enfriarían por completo,
terminando con la fisión.
Sin embargo, algo no salió bien. En la
madrugada del 26 de abril, el botón fue presionado apenas iniciado el
experimento sin que sepamos con certeza por qué. El boro que componía las
barras de control tenía la función de demorar la reacción, pero las puntas de
grafito aumentaron la fisión en el núcleo. La reacción inmediata fue tan
poderosa que rompió las barras de control impidiendo que estás lleguen a la
profundidad requerida. Únicamente las puntas de grafito reactivo se hundieron
en el agua refrigerante generando más vapor de lo normal.
La presión del vapor causado generó una
explosión que hizo volar el techo del reactor, una segunda explosión arrojó
trozos de grafito del área circundante del reactor. Así, el reactor # 4 sufrió
un colapso que permitió que la radiación escape.
Muchas voces se alzaron y en su mayoría
culparon a los operadores de la central nuclear por deshabilitar medias de
seguridad para experimentar. Años más tarde, en 1992, un informe reveló que no
existían protocolos de seguridad, que no existía un trabajo adecuado entre los
diseñadores y los operadores del reactor y que este, presentaba fallas de
diseño peligrosas.
Si bien es cierto y hay muchas teorías
respecto al accidente, hoy por hoy, Chernóbil es una ciudad fantasma y la
radiación sigue estando presente. Se prevé que se necesitarán cerca de 180 años
para que sus alrededores sean habitables y muchos más para la zona cero se
limpie completamente.
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