Por: Arturo Jaramillo.
El Ecuador
se prepara a vivir una nueva etapa en el contexto del Covid-19, vamos a
‘saltar’ del aislamiento al distanciamiento social, y aquí surge una pregunta:
¿estamos listos para ello? Al parecer, lo estamos para nuestra ministra de
cabecera, María Paula Romo quien ha tomado, junto al COE, la decisión de pasar
a una “nueva normalidad” como ellos lo llaman, pero ¿cuál
es su argumento para hacerlo? La curva de contagios no está ni cerca de
estabilizarse, el sistema médico sigue colapsado, no hay las pruebas necesarias
para confirmar y aislar casos, y todavía hay quienes tienen a sus familiares
fallecidos, desaparecidos y hasta suplantados por tierra de algún arenal. Todo
esto deja en claro la improvisación, el mal asesoramiento y el poco sentido
común de este grupo de personas que tienen en sus manos la vida de 17 millones
de ecuatorianos; y ahora, para colmo, deciden ‘lanzar la pelotita’ a las
autoridades locales para que sean ellos quienes conlleven la responsabilidad de
una decisión insensata y apresurada que puede tener espantosas consecuencias.
Ahora, Guayaquil se
encuentra en una crisis que todavía no llega a su fin, después de casi 20 días
de vivir una pesadilla, de estar abandonados por su alcaldesa, de tener
cadáveres en casas y aceras, de contar cientos de desaparecidos, quedan a
expensas de una mujer que mandó a colocar mascarillas a los monumentos de la
ciudad; y ojo, esto solamente lo acoto como una señal de lo peligroso que puede
ser dejar total responsabilidad a los gobiernos municipales, aunque claro, el
otro lado de la moneda también nos brinda un respiro, el alcalde de la capital
del Ecuador, Jorge Yunda, en un proceso de reivindicación, por su gran ausencia
en el paro nacional de octubre, está demostrando un alto nivel de liderazgo y
conciencia, ha tomado las riendas de la ciudad, como debe hacerlo un alcalde
que tiene noción de lo que acontece y mide con sabiduría las consecuencias de
las malas decisiones.
Pero, tampoco seamos
inconsecuentes, la gente ha demostrado un grado de desobediencia increíble,
donde el #QuédateEnCasa ha pasado a ser solamente un hashtag, donde el toque de
queda ni siquiera tiene sentido. Si tienes que quedarte en casa, hazlo, se
congruente y empático con las personas que no pueden hacerlo, la
responsabilidad también está en tus manos, y solamente así, juntos, podremos
vencer a un virus que tiene en jaque a todo el mundo. ¡Si se puede mi Ecuador!
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